El Diccionario de la Real Academia Española define la palabra «Cartelería» como técnica de diseño y ejecución de los carteles, pero en iMagecreative creemos que esta palabra engloba mucho más y, como no podía ser de otra forma, te lo vamos a contar en esta entrada.
Si nos saltamos la etapa de la cartelería en madera, metal y demás materiales demasiado costosos, podemos decir que todo empezó en 1870 en la ciudad de París con un diseño para «Moulin Rouge» que elevó el estado del cartel a la categoría de arte. A esta ciudad le siguieron Milán y Berlín, haciendo de sus calles una galería de arte a través de la cartelería.
No fue hasta 1894 cuando un cartel para promocionar a la actriz Sarah Bernhardt rompió por completo los esquemas de esta técnica para convertirse en el principal movimiento decorativo internacional del arte durante casi diez años, a pesar de que cada país adaptaba el diseño a su cultura antes de llevarlo a las calles de sus ciudades.
Cuatro años más tarde, en 1898, el ilustrador Cappiello diseñó un tipo de cartelería que llamaba fácilmente la atención de los espectadores callejeros debido a la simplicidad y extrañeza de sus imágenes. Este tipo de cartel se convirtió en su marca personal , inspirando así a la empresa «F ósforos preister» para poner en marcha un concurso de cartelería que llegaría a suponer un gran avance en la publicidad.
Con la llegada de la I Guerra Mundial, el cartel adquirió un nuevo significado en las diferentes sociedades, convirtiéndose en la base de la que fue la campaña más grande que se conocía hasta esa fecha; y tras acabar la guerra, el nuevo aire de modernidad dio lugar a la aparición de diferentes corrientes en el mundo de la cartelería, como son el cubismo, el futurismo, o el expresionismo entre otras.
En la II Guerra Mundial, el cartel se tomó como complemento propagandístico junto a la radio y durante los años 20 en la Unión Soviética se incorporó por primera vez en la historia de la cartelería el uso de las fotografías. De esta forma, la calidad mejoró notablemente y en pleno auge consumista, el cartel vivió uno de sus mejores momentos.
Podemos decir que el diseño de la cartelería se ha ido adaptando a las necesidades de la sociedad y a sus cambios más significativos, como por ejemplo la llegada de los ordenadores e internet. Por eso para nosotros este elemento es sinónimo de evolución, de transmisión de mensajes y de contacto directo con la gente de la calle. Toda esta historia os la hemos contado para que podáis verlo a través de nuestros ojos y quedéis tan fascinados como nosotros al comprobar lo que un buen diseño es capaz de conseguir. No sólo estamos hablando de promociones o ventas, sino de grandes cambios en la sociedad; y si la cartelería ha conseguido todo eso, ¿Por qué no iba a conseguir transmitir aquello que tú quieres?
En iMagecreative llevamos ese pensamiento por bandera y no paramos hasta que quedamos satisfechos con el resultado. Un buen diseño comunica grandes cosas; un mal diseño no sirve para nada.
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